SÓLO LE FALTÓ EL GOL
El panorama de este partido estuvo definido desde el minuto 1: de un lado San Bernardo atacando con mucha gente, haciendo circular el balón con estética, plantado en 3/4 de cancha buscando el espacio para concretar. Del otro lado, La Leyenda, que optó por pararse cerca de su área y buscar con algún zapatazo hilvanar un contraataque sin tener demasiado éxito en esta última idea.
Ozuna (6)
Peke (6) DeRissio (6) Rua (6,5) Frate (6)
Vazquez (6) Donati (6,5) Silva (6,5) Cortese (5)
Busico (4) Volpe (5)
Ingresó: Henriques (5)
Ausencias: Valenti - Villa
Expulsiones: Busico
El plantel de San Bernardo salió a confirmar que la derrota con Witres había sido sólo un tropezón. Y lo demostró con el correr de los minutos. Es que si bien le faltó la precisión o fortuna para abrir el marcador, fue el equipo que propuso durante 80' el buen trato del balón y el que tuvo chances clarísimas para ganarlo. Sobre todo en el segundo tiempo, en el que Marchu Vazquez tuvo manos-a-mano que no fueron gol de milagro. La Leyenda tuvo las más claras en dos cabezazos fortísimos de su corpulento zaguero central.
En el primer tiempo los amarillos controlaron el balón, aprovechando la posibilidad que le dio el rival de jugar en 3/4 de cancha. Pero esto trajo como consecuencia que la defensa de La Leyenda bloqueara con mucha gente su arco, obligando a rematar desde afuera o a buscar un último pase que nunca llegó con la precisión o espacio adecuado. En este lapso también tuvo una situación clara en un corner, con un cabezazo de Facu Rua (que nos recordó a sus épocas de Allende).
Facu Henriques volvió a las canchas luego de un desgarro en su cuadriceps lo cual provocó el pasaje al medio del Gordo Facu. Estas variantes forzadas frenaron en parte el circuito que se había generado con la buena tarea de Pablito Silva como doble cinco. Una tarea caracterizada por el manejo del balón en forma precisa y la entrega rápida sin dilaciones. Pablito pasó a una punta y el Gordo se paró de distribuidor superponiéndose quizás con Yuri, aunque tuvo oportunidades de colocar pases-gol.
Una expulsión infantil otorgó ventajas innecesarias por segunda vez consecutiva a un rival. La salida de Nico obligó a Marchu a pararse de llanero solitario. Tarea en la que mostró una gran habilidad para desmarcarse, superar rivales y a la que le faltó solamente el grito de gol.
Con menos gente en ataque, el equipo rival se fortaleció apoyado en la firmeza de su zaguero central derecho y pudo resistir con más soltura los últimos veinte minutos.
Un partido en que SanBernardo hizo todo el desgaste futbolístico y se quedó con la sensación de que mereció más, aunque como bien sabemos de merecimientos no vive el hombre. Menos aún el futbolista amateur.
Texto: PMB
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